Plegarias al cielo...


Muero cada vez que callo:

Padre, muero cada vez que callo. 
Cada silencio provoca una herida en mi alma.
No poder expresarme me hace daño.
El miedo nubla mis sentidos.
Miedo al creer que le hago daño a los demás, por tan solo decirles lo que pienso.
Pero, mas daño les hago y más daño me hace, cuando no le doy cabida a la expresión de mi alma.
Padre muero cada vez que callo y no lo puedo evitar.
Solo permiteme expresarme sin temor. 

Sentimientos a flor de piel:

¡Dios mio! Me tiene tan emocionada escribir mis memorias.
Los sentimientos los tengo a flor de piel al recordar todo 
mi pasado. ¿Será que esos sentimientos nunca mueren?
Es como si todo lo estuviese viviendo de nuevo.
Siento tanto dolor y tanto desaliento. Me duele la traición
y el desamor. Me siento inútil como alguna vez me sentí.
La desolación abunda en mí. 
Pero entiendo que todas esas emociones son tan falsas, como ese que me quiere hacer sentir que todo es real. Solo tu eres real mi Dios, solo tu eres el éxtasis y la alegría, lo único que debemos desear...
Pero no voy a negar que me emociona la historia plasmada,
allí en la eternidad, donde las palabras nunca mueren.

Mi anhelo mas importante:

Dios me ha llevado a través del deseo anhelarlo a el.
Anhelar el amor. Debido a las experiencias vividas, he logrado
desear a Dios fervientemente.
Dios, solo te pido que apartes de mí todos esos deseos que me alejan de ti.
No permitas que viva engañada, por algo que no es real. Por algo que no seas tu.

Mi propósito

Mi propósito no tiene nada que ver con la vida física.
Mi propósito es reconectarme con el amor a través de la vida física.
Es por lo mismo que lo más relevante para mí es conocer el amor de Cristo, para que así yo llegue a experimentar ese amor. Vivir desde el amor esta más allá de la experiencia personal. 
No deseo pertenecer, solo deseo ser parte de tu gloria.

El vislumbre:

Que feliz me siento cuando vienen esos momentos de vislumbre, 
es como si volviera nacer, siento que cada día estoy mas cerca del amor.
Dios, sigue llenándome de tus conocimientos infinitos.

Ver también:

Mi falta de pertenencia
El camino de la oración
El conocimiento de la magnificencia



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