Por mucho tiempo me sentí
indeseada por ser como era. Creía que para poder estar cerca de Dios tenía que
primero ser pura de corazón; y aunque realmente si hay una separación entre
Dios y nosotros debido al pecado, más allá de todo ello, es la fe en Jesucristo
la que nos dará salvación. Lo que nos aleja de Dios no es la maldad que
prevalece en nosotros, sino la falta de confianza de que a pesar de nuestra
maldad o nuestra naturaleza pecaminosa Dios está allí para recibirnos
nuevamente si en verdad estamos arrepentidos y conscientes del pecado.
La parábola de Jesús El hijo prójimo no los explica muy bien en Lucas 15:11-32, donde un padre próspero y bondadoso tenía dos hijos, uno de ellos decidió irse de su casa, pidió su herencia y se fue a otros suelos. Una vez estando ya en otra región, transcurriendo el tiempo, despilfarro todo lo que tenía en lujos y prostitutas. Debido a la escasez decidió trabajar como jornalero en tierras extranjeras, comenzó a vender cerdos en un campo poco prospero, más tarde cansado y con un sincero arrepentimiento y pensando que los jornaleros de su padre comían y vivían aún mejor que él decidió volver a casa pidiéndole a su padre que lo aceptara así sea como obrero del campo, he pecado contra el cielo y la tierra, le dijo... Su padre viendo su arrepentimiento lo acepto con amor y le hizo una gran fiesta de bienvenida donde le dio todo y más ...
Esta parábola de Jesús nos demuestra que a pesar de que nos hayamos alejado de Dios, si estamos verdaderamente arrepentidos y consciente del pecado (amadores del mundo), Dios nos acepta con verdadero amor, porque de él somos y a él volvemos...
No escuches al demonio, no pecas. Busca siempre a Jesús. Jesús me concedió la gracia de comulgar incluso cuando yo creía que cometía grandes pecados. Cuando el demonio ve que está perdiendo el tiempo nos deja tranquilo. Lo que hiere el corazón de Jesús es la falta de confianza...
Los corazones puros están a veces rodeados de espinas, viven con frecuencia en tinieblas. Entonces esos lirios creen haber perdido su blancura. Los lirios entre espinas son los predilectos de Jesús en medio de ellos encuentra él su frescura...
Nuestra única gran decisión es elegir entre el mundo y Dios, entre creer lo que nos dice el demonio o creer en la palabra de Jesús...
Ver también:
El conocimiento de la magnificiencia
Interpretando algunas frase de Jesús
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