Mi falta de deseo en las cosas del mundo es indiscutible. No hay nada en este mundo que me pueda satisfacer. Pero la ansiedad crece en mí. Ansiedad por no saber que sera de mi vida mañana. Ansiedad de no comprender cual es mi tarea el día de hoy.
Qué difícil es para mí la falta de pertenencia. El mundo ya no se me es de gran interés y el cielo lo veo tan lejano.
Qué difícil es para mí no tener alguna emoción que me haga sentir viva y me ate a esta ilusión (el mundo). Qué difícil es para mí no poder experimentar el éxtasis que se siente vivir en tu presencia (Dios). Solo me queda aferrarme a esas emociones del pasado que me hicieron sentir viva en algún momento de mi existencia. Esos momentos que me hicieron viajar hasta el más grande dolor y las más grandes alegrías. Aunque comprendo la falsedad de todas esas emociones, porque la única verdad eres tú mi Jesús.
A veces mi mente quiere pertenecer a cosas de este mundo, solo para cubrir ese vació, a veces me quedo soñando despierta pensando en las cosas que mi hicieran feliz aquí, solo para cubrir tu aparente falta. Pero sé, que nada me dará verdadera felicidad. Busco la felicidad en cosas externas, pero me doy cuenta de que en nada puedo pertenecer. Hay cosas que me cautivan, pero nada realmente me emociona. Solo tengo la esperanza que tú llenarás ese vacío... Es cierto, no tengo lugar en este mundo y aunque eso algunas veces me inquieta sé que estás tu mi Jesús que has vencido este mundo y no dejarás solos aquellos que han creído en ti.
¡Dios mío...! Pero no puedo evitar sentir tanto desaliento. Si pudiera sentirte para estar en éxtasis y alegría. ¿Por qué si te deseo tanto, me tienes viviendo en esta incertidumbre? ¿Por qué me tienes en esta espera? ¿Por qué no te siento Dios? ¿Cuánto más tengo que esperar? A veces siento que ya no puedo más y caigo en la desesperación. He llegado a pensar que ese momento tan deseado nunca llegará. ¿Es qué no me escuchas, no me oyes? ¿Soy tan insignificante para ti? porque algunas veces así me siento ante tus ojos.
A veces no entiendo mi falta de pertenencia, a veces no entiendo lo sola que quiero estar. No deseo las complicaciones del día a día, solo deseo esa felicidad que no tiene nada que ver con nadie, sino solo contigo mi Jesús. ¿Es egoísmo? pues no sé, pero tampoco lo quiero entender. Solo sigo esos deseos que están en lo profundo de mi ser, y aunque a veces me sienta culpable, sé que no hay nada que pueda hacer, solo dejo pasar esos sentimientos frustrantes.
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